CONFLICTOS EN EL AULA
¡Holaaa!
El aula es un lugar donde se relacionan una gran cantidad de estudiantes y profesores, por lo que es importante que no se presenten problemas de convivencia. Por ello, es esencial que los docentes conozcan las principales estrategias para resolver conflictos escolares y aprovechar estas situaciones para desarrollar la capacidad de diálogo de los involucrados.
Antes de pasar al tema de cómo resolver un conflicto escolar, hay que hablar de prevenirlos:
- Generar un buen ambiente y contar con una disciplina adecuada en el salón de clases.
- Aplicar refuerzos positivos para premiar el buen comportamiento.
- Establecer normas básicas de convivencia.
- Fomentar el diálogo, ya que contribuye a la formación de personas tolerantes.
- Mejorar las habilidades comunicativas propias y de los alumnos.
- Preparar a los alumnos en la gestión de conflictos, para que puedan encarar sus problemas con tranquilidad y utilizando la mediación.
- Usar técnicas de trabajo cooperativo.
- Mantener el control del aula sin alterarse.
- Crear un clima de participación en el salón de clases.
Aunque lo ideal es lograr la prevención, al igual que en cualquier otro ámbito, las pugnas en el aula se deben afrontar aplicando las siguientes estrategias para resolver conflictos escolares:
- Mantener la calma. Evitar entrar en pánico es clave, porque ello permitirá actuar de forma inteligente ante la disputa.
- Determinar con la mayor claridad y objetividad posible el asunto que está causando el problema y definir su origen. Sin importar la razón que desató el antagonismo, hay que admitir su presencia y abordarlo cuanto antes.
- Es esencial que los involucrados conozcan sus emociones, el origen de las mismas y sepan el motivo por el que reaccionan de la forma en la que lo están haciendo.
- Fomentar el entendimiento entre las partes. Para llevar a cabo una buena negociación se deben comprender los propios intereses, pero también los de los demás.
- Junto con los alumnos, se necesitan buscar soluciones que satisfagan a todas los involucrados. Se requiere valorar seriamente cada propuesta que se haga, analizando sus ventajas e inconvenientes, para que los estudiantes se sientan realmente escuchados y formen parte de la solución.
- Mantener la objetividad al alcanzar los acuerdos es esencial. Para ello, hay que centrarse en los sucesos y no en los individuos.
- Tener coordinación. Si un alumno o grupo es la fuente de las disyuntivas, es importante diseñar una estrategia con todo el profesorado y, en caso necesario, se necesita buscar apoyo de su familia. De esta forma, todos reaccionarán de la forma acordada y aportarán a la búsqueda de la solución.
- Una vez alcanzado el acuerdo se debe evaluar lo ocurrido. En ese sentido, reforzar lo positivo contribuirá a la solución de problemas futuros.
- Hacer un seguimiento. Es importante prestar atención a cómo evolucionan las partes, para evitar que reaparezca la disputa.
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